En la mayoría de empresas y organizaciones, el éxito recae en un conjunto de elementos (cooperación, innovación, efectividad en la toma de decisiones, entre otros) que la insatisfacción y el estrés no hacen sino dilapidar. Las aportaciones actuales de la psicología y la neurociencia nos empujan a considerar los recursos cognitivos y emocionales tanto de trabajadores como de líderes como el verdadero fundamento de la salud y éxito de las empresas e instituciones.
En este contexto, mindfulness ha crecido durante las últimas décadas como una herramienta eficaz en el cultivo de la salud y el bienestar de las personas. Al mismo tiempo, y más recientemente, mindfulness se muestra como un recurso innovador y prometedor en el ámbito laboral, con una evidencia científica que crece día tras día.
Objetivos
- Facilitar un mayor bienestar al personal de la organización
- Fomentar la resiliencia y la capacidad de adaptación ante nuevos retos
- Incrementar la atención y la eficacia en la ejecución de tareas
- Optimizar el trabajo en equipo y la toma de decisiones
Formato
El formato de los programas de mindfulness para empresas son a medida, adaptado a las necesidades de la organización: desde charlas o conferencias introductorias a talleres o programas de entrenamiento de varias semanas de duración.
Los contenidos de los programas están basados en el programa de entrenamiento mental basado en mindfulness MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction) desarrollado por Jon Kabat-Zinn en la Universidad de Massachusetts y el programa Mindfulness in the Workplace Programme de la Universidad de Oxford.
Evidencia
Durante los últimos 20 años las aplicaciones de mindfulness en entornos laborales han ido en aumento y también lo han hecho los estudios científicos que prueban de medir y validar el impacto generado. Estos estudios corroboran mi experiencia. De ellos podemos extraer que la práctica de mindfulness sirve para reducir el estrés y el burnout y desarrollar la inteligencia emocional, disminuyendo la hostilidad. Al mismo tiempo, también se observa como la eficacia personal y ejecutiva mejora, por medio del cultivo de una mayor presencia y actitud de obertura hacia aquello que está sucediendo, la cual asmismo permite poder conectar mejor con las oportunidades que las situaciones de cambio y dificultad ofrecen. Más información disponible en este artículo publicado por la revista Harvard Deusto.